miércoles, 23 de marzo de 2011

RESOLUCION DE PROBLEMAS





Existen diversos métodos para entender un problema aun cuando esto no signifique que la resolución de los mismos sea siempre igual. Sin embargo se pueden establecer  pasos que nos ayuden a una mejor comprensión del problema. Utilizaremos entonces la formulación que hizo Polya (1945) de las 4 etapas esenciales para la resolución de un problema ya que este fue el punto de partida para el resto de estudios posteriores. 

1.    COMPRENDER EL PROBLEMA. Para esto se debe entonces tener en cuenta lo siguiente.
       -    Se debe leer el enunciado despacio.
       -    ¿Cuáles son los datos? (lo que conocemos)
       -    ¿Cuáles son las incógnitas? (lo que buscamos)
       -    Hay que tratar de encontrar la relación entre los datos y las incógnitas.
       -    Si se puede, se debe hacer un esquema o dibujo de la situación.

2.    TRAZAR UN PLAN PARA RESOLVERLO. Hay que plantearlo de una manera flexible y recursiva.
       -    ¿Este problema es parecido a otros que ya conocemos?
       -    ¿Se puede plantear el problema de otra forma?
       -    Imaginar un problema parecido pero más sencillo.
       -    Suponer que el problema ya está resuelto; ¿cómo se relaciona la situación de llegada con la de partida?
       -    ¿Se utilizan todos los datos cuando se hace el plan?
3.    PONER EN PRÁCTICA EL PLAN. Tener en cuenta que el pensamiento no es lineal, que hay saltos continuos entre el diseño del plan y su puesta en práctica.
       -    Al ejecutar el plan se debe comprobar cada uno de los pasos.
       -    ¿Se puede ver claramente que cada paso es correcto?
       -    Antes de hacer algo se debe pensar: ¿qué se consigue con esto?
       -    Se debe acompañar cada operación matemática de una explicación contando lo que se hace y para qué se hace.
       -    Cuando se tropieza con alguna dificultad que nos deja bloqueados, se debe volver al principio, reordenar las ideas y probar de nuevo.
4.    COMPROBAR LOS RESULTADOS. Es la más importante en la vida diaria, porque supone la confrontación con contexto del resultado obtenido por el modelo del problema que hemos realizado, y su contraste con la realidad que queríamos resolver.
       -    Leer de nuevo el enunciado y comprobar que lo que se pedía es lo que se ha averiguado.
       -    Debemos fijarnos en la solución. ¿Parece lógicamente posible?
       -    ¿Se puede comprobar la solución?
       -    ¿Hay algún otro modo de resolver el problema?
       -    ¿Se puede hallar alguna otra solución?
       -    Se debe acompañar la solución de una explicación que indique claramente lo que se ha hallado.
       -    Se debe utilizar el resultado obtenido y el proceso seguido para formular y plantear nuevos problemas.

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